domingo, 5 de junio de 2011

¿Qué es educar?


Hallábase maese Antonio holgando con sus lecturas y se le allegó su sobrino quien díjole así:
 
-Pidiéronme para la maestría de profesorado un escolio de 500 caracteres sobre los objetivos de la educación, pero he de confesar que, pese a mis lustros de formación en el trivio y cuadrivio, ignoro los entresijos del noble arte de enseñar.
Contestole su mentor:
-Preciado pupilo de barba vellida, también en mis tiempos se estilaba platicar sobre el arte de enseñar, aunque lo hacíamos con mayor prolijidad hasta alcanzar las 500 palabras. Me demandas consejo y te daré conseja. Aguza el oído:
“Cuentan que entre las afanosas hormigas hallábase un grupo que destacaba por su inteligencia. Este grupo selecto de maestrehormigas dedicábase a señalar los surcos por los que debían las hormigas obreras buscar el sustento. En cada encrucijada, en cada vado o revuelta, una de estas sabias hormigas mostraba a las demás compañeras cuál era el camino atinado. Mas aconteció un día que una joven y garrida hormiga preguntó a su guía cuál era el motivo por el que tenían que seguir siempre los mismos surcos. La maestrehormiga respondiole que los surcos ya trillados son el buen camino, un sendero del que todos conocen su origen y final, el ansiado alfa y omega de nuestro destino. La hormiga inquieta quedose pensativa un buen rato y volvió a inquirir:
-Maestra, el camino será bueno, pero, cuando llueve, los surcos se inundan y perecemos a miles. ¿No sería mejor que cada nueva generación de hormigas abriese surcos menos angostos y más livianos?
Respondiole la maestrehormiga con estas palabras:
-Sin duda es la juventud quien te empuja a la temeridad. Surcos y lluvias forman parte de nuestra vida desde la noche de los tiempos. Sigue tu camino, escucha, aprende y no preguntes. Cuando conozcas en profundidad los senderos trazados, podrás ser maestra como yo. Lo demás es vanidad de vanidades y todo vanidad...”
Maese Antonio permaneció largo rato en silencio, como si Twitter se hubiese colgado.
-¿Y qué hizo la hormiga? -preguntole su sobrino.
-Hijo, en esta historia hay tantas versiones como hormigas. Unos dicen que la joven hormiga hizo caso a su maestra y acabó convertida en una gran sabia, promotora de sesudas leyes hormiguescas. Otros, por contra, señalan que la díscola obrera (quizá un 15 de mayo) abanderó un grupo de hormigas desencantadas que saliéronse de los surcos y establecieron una comunidad próspera, sin caminos trazados y sin miedo a las inundaciones. Me preguntabas por el propósito de la educación y te diré que el buen maestro no es el que responde a las preguntas de la hormiga rebelde, sino quien consigue que la hormiga cuestione aquello que le viene dado. Y tú ahora puedes elegir entre alzar la mirada al horizonte o caminar inclinado tras las pisadas de quienes te preceden.

Si quieres hallar el propósito de educar, no pienses qué cuestiones has de responder, sino qué preguntas debes sembrar.